En la década
de los cincuenta en Estados Unidos predominaban dos escuelas u orientaciones en
la psicología: el enfoque conductista y la corriente psicoanalítica. La primera
de ellas interesada en el estudio de los determinantes ambientales de la
conducta, y la segunda con una propuesta idealista basada en la noción del
inconsciente y los instintos biológicos. Dentro de este contexto, la psicología
humanista nace con la "tercera fuerza" alternativa a las otras dos.
Según algunos de los pioneros de este movimiento, se pretendía desarrollar una
nueva orientación en psicología que fuera antireduccionista en las
explicaciones de los procesos psicológicos atribuidos a factores externos
(conductismo) o a conceptos biologicistas innatos (freudismo), sino por lo
contrario, que se centrara en el estudio de los seres humanos como totalidades
dinámicas y autoactualizantes en relación con un contexto interpersonal. Así fue como en esta década apareció en los
EEUU la psicología humanista. Una corriente psicológica que, limitada en un
principio a aquel país, vuelve a Europa, en cierto modo, en forma de conceptos psicológicos.
Psicólogos y
psiquiatras como Kurt Golstein, Erich Fromm, Los perls, Charlotte Behler, Ruth
Cohn y otros armados con las ideas de la psicología existencialista en
germinaciín, con las ideas de la filosofía existencialista y la fenomenología, llegan
para desembocar en el surgimiento de una nueva corriente psicológica.
Otros
factores que sin duda influyeron notablemente en el surgimiento de este
paradigma fueron los de orden histórico y sociocultural que regían por dichos
años, en Estados Unidos en particular. El zeitgeist (clima cultural de la
época) en que se encontraba el país después de dos guerras mundiales era de
apertura hacia nuevas formas de actitudes y pensamiento que rompieran con la
represión militar y sexual, con una moral superficial y con la deshumanización
propia de la sociedad industrial. De modo que una postura alternativa en
psicología como la humanista, centrada en el estudio psicológico del y para el
hombre, tenía un marco propicio para su desarrollo.
El
movimiento creció aceleradamente desde finales de los años cincuenta y toda la
década de los sesenta, influyendo no sólo en el ámbito académico de la
disciplina sino en otras esferas del saber humano.
El humanismo es considerado una ideología
propia y un sistema completo de ideas
debido a que pose su propia visión de la metafísica, de la
epistemología, de la ética, de la política y de la estética.
En la visión
metafísica encontramos que el humanismo explica a las causas últimas de todas
las cosas aceptando a un Dios como fuente de todo lo existente, de la realidad
objetiva. Sin embargo, la razón es la fuente suprema del conocimiento humano;
ni la fe ni el dogma puede ser utilizada, al menos no por regla general, para
explicar los fenómenos de la realidad humana. El hombre fue dotado por Dios de
la razón, es porque aquél quiere que la utilizamos de manera preponderante para
acceder al conocimiento del mundo que nos rodea. En consecuencia, el humanismo
reconoce a la razón como la única fuente del conocimiento del mundo real.
El problema
central de este paradigma es analizar y estudiar los procesos integrales de la
persona, ya que se considera que la personalidad humana tiene una estructura y
organización que está en proceso continuo de desarrollo.
La
psicología humanista representa una matriz disciplinar, no monolítica, con
diferentes tendencias dentro de la misma. No obstante, se considera que tiene
una identidad propia debido a ciertos principios filosóficos y teóricos comunes
por los promotores del movimiento. Sin duda el campo de estudio principal de la
psicología humanista se mueve dentro del ámbito de la psicología clínica (en el
estudio de los problemas y patologías psicológicos y particularmente en la
propuesta de modelos teóricos-terapeúticos), pero también se han desarrollado
aplicaciones en otras áreas como son la psicología del trabajo y de la
educación.
A mediados
del siglo XIX, el filósofo Auguste Comte, fundador de la sociología, creó el
movimiento llamado Positivismo, definido como "una religión de la humanidad"
es por ello que el positivismo se muestra tan importante en el humanismo debido
a sus bases y aportaciones que enseguida describiré.
El
positivismo es una corriente de pensamiento cuyos inicios se suele atribuir a
los planteamientos de Auguste Comte, y que no admite como válidos otros
conocimientos sino los que proceden de las ciencias empíricas. Tan importante
es la influencia de Comte que algunos autores hacen coincidir el inicio del
positivismo con la publicación de su obra “Curso de filosofía positiva”. No
obstante, otros autores sugieren que algunos de los conceptos positivistas se
remontan al filósofo británico David Hume y al filósofo francés Saint-Simon.
De acuerdo
con Dobles, Zúñiga y García (1998) el positivismo se caracteriza por postular
lo siguiente:
1. El sujeto
descubre el conocimiento.
2. El sujeto
tiene acceso a la realidad mediante los sentidos, la razón y los instrumentos
que utilice.
3. El
conocimiento válido es el científico.
4. Hay una
realidad accesible al sujeto mediante la experiencia. El positivismo supone la
existencia independiente de la realidad con respecto al ser humano que la
conoce.
5. Lo que es
dado a los sentidos puede ser considerado como real.
6. La verdad
es una correspondencia entre lo que el ser humano conoce y la realidad que
descubre.
7. El método
de la ciencia es el único válido
8. El método
de la ciencia es descriptivo. Esto significa, según Abagnaro, que la ciencia
describe los hechos y muestra las relaciones constantes entre los hechos, que
se expresan mediante leyes y permiten la previsión de los hechos.
9. Sujeto y
objeto de conocimiento son independientes: se plantea como principio la
neutralidad valorativa. Esto es: que el investigador se ubique en una posición
neutral con respecto a las consecuencias de sus investigaciones.
Agregamos,
siguiendo a Soto y Bernardini (1980), que al positivismo se le debe la ruptura
entre la filosofía y la educación, y una concepción de la pedagogía basada en
las técnicas educativas.
A manera de
complemento y a la vez de resumen, presentamos, siguiendo a Kolakowski (1988),
las cuatro reglas fundamentales que conviene seguir, según la doctrina
positivista, a fin de separar lo fundamental de lo accesorio:
1. Primera
regla: la regla del fenomenalismo, que expresa que no existe diferencia real
entre esencia y fenómeno.
2. Segunda
regla: la regla del nominalismo, por la cual afirman que estamos obligados a
reconocer la existencia de una cosa cuando la experiencia nos obliga a ello.
3. Tercera
regla: que niega todo valor cognoscitivo a los juicios de valor y a los
enunciados normativos.
4. Cuarta
regla: la fe en la unidad fundamental del método de la ciencia. Se trata de la
certeza de que los modos de la adquisición de un saber válido son
fundamentalmente los mismos en todos los campos de la experiencia, como son
igualmente idénticas las principales etapas de la elaboración de la experiencia
a través de la reflexión teórica.
Es difícil
hacer una caracterización epistemológica de una corriente tan difusa pero en
primer lugar, se debe señalar que la corriente se inserta, como ya lo he
mencionado, dentro de las orientaciones filosóficas que se han preocupado por
entender la naturaleza y la existencia humana, tales como el existencialismo y
la fenomenología. De estas aproximaciones, algunos autores del paradigma han
retornado algunas de sus concepciones y las han asimilado al movimiento.
Del existencialismo se ha incorporado, la idea
de que el ser humano crea su persona por las propias elecciones o decisiones
que va tomando (como lo diría el propio J. P. Sartre "yo soy mis
elecciones"). El hombre es entendido como un ser en libertad (en tanto que
existe), independientemente de las condiciones en las que vive. Según Morris
(1966), para decirlo brevemente, los pilares de la posición existencialista
pueden resumirse en:
1) Yo soy un
agente electivo, incapaz de evitar elegir mi destino.
2) Soy un
agente libre, absolutamente libre para establecer mis metas de vida.
3) Soy un
agente responsable de mis propias elecciones.
La
fenomenología es la corriente filosófica que se centra en el estudio de la
percepción externa o interna como un
acontecimiento subjetivo, sin ningún tipo de apriori. Los seres humanos se
conducen a través de sus propias percepciones subjetivas y en esencia, desde el
punto de vista fenomenológico, la gente responde no a un ambiente objetivo,
sino al ambiente tal y como ellos lo perciben y lo comprenden. En este sentido,
también desde la perspectiva fenomenológica, para estudiar al otro en sus
procesos psicológicos, es necesario comprender la problemática desde su punto
de vista (tal como la percibe) y no desde otro extremo (el del examinador que
lo pretende estudiar).
A partir de las concepciones filosóficas de
estos dos grandes sistemas y de las propias teorizaciones y análisis de los
psicólogos humanistas, éstos últimos han desarrollado un marco teórico o integrativo
que se mostraran a continuación:
De acuerdo
con Bugental (1965) y Villegas (1986), podemos distinguir algunos postulados
fundamentales, comunes a la gran mayoría de los psicólogos humanistas:
1. El ser
humano es una totalidad que excede a la suma de sus partes. El énfasis holista
de la psicología humanista lo distingue claramente de otras posturas atomistas
o
reduccionistas como el conductismo. Para
explicar y comprender al ser humano, debemos estudiar a éste en su totalidad y
no fragmentario en una serie de procesos psicológicos.
2. El hombre
tiende en forma natural hacia su autorrealización. Existe una tendencia
autoactualizante o formativa en el hombre (por ejemplo, Goldstein y Rogers),
que a pesar de condiciones poco favorables de vida, le conduce incesantemente a
autodeterminarse, autorrealizarse y trascender.
3. El hombre es un ser en contexto humano.
Vive en relación con otras personas y esto constituye una característica
inherente de su naturaleza.
4. El hombre
es consciente de sí mismo y de su existencia. Las personas se conducen en el
presente de acuerdo con lo que fueron en el pasado y preparados para vivir un
futuro.
5. El hombre
tiene facultades para decidir. El ser humano tiene libertad y conciencia propia
para tomar sus propias elecciones y decisiones, por tanto es un ente activo y
constructor de su propia vida.
6. El hombre
es intencional. Los actos volitivos o intencionales de la persona se reflejan
en sus propias decisiones o elecciones. El hombre a través de sus intenciones,
propósitos y actos volitivos estructura una identidad personal que lo distingue
de los otros.
Dado que la
aproximación humanista es un mosaico de tendencias , no existe una metodología única y válida
para todos los adeptos y eso quizá constituya una de sus principales carencias,
que puede tener un significado decisivo en la vida del paradigma. (Villegas,
1986). No obstante, podemos encontrar algunas concepciones metodológicas,
dentro de los escritos de los humanistas, que podrían darnos una idea más o
menos clara de hacia dónde podría irse configurando una alternativa
metodológica congruente con la postura epistemológica -teórica que ellos sustentan,
a saber:
1. El enfoque holista en el estudio de los
procesos psicológicos. Maslow (1970, citado por Villegas, 1986) señala que el
método holístico debe ser el utilizado por los humanistas, puesto que es mucho
más adecuado que el analítico reduccionista, para el estudio de los procesos
psicológicos humanos en su totalidad (personalidad). Tal afirmación por el
método holístico, está basada en las concepciones de causalidad múltiple
(concepción que descarta la posibilidad de relaciones de causalidad unidimensionales
y unidireccionales véase relaciones estímulo respuesta) propio de las ciencias
naturales modernas como la física y la biología. Esta concepción
interaccionista de A. Maslow, para el estudio de la personalidad humana, ha
tenido poco eco en la generación de investigaciones genuinas.
1. 2. En oposición a las metodologías
objetivistas y cuantitativas, algunos humanistas han propuesto alternativas
basadas en la interpretación subjetiva para la práctica y la investigación
clínica tales como: la comprensión empática (Rogers), enfoque dialógico,
(Buber, Martínez y Stanton) la conciencia del aquí y ahora gestáltico (Perls) o
la heurística (Douglas y Moustakas) (v. Villegas. 1986).
El PARADIGMA
HUMANISTA
|
Problemática Enfoque los procesos
integrales de aprendizaje
|
Fundamentos
Epistemológicos Existencialismo y fenomenología
|
Supuestos
teóricos El hombre es un ser humano que tiende a
reflejar de manera consciente su existencia
|
Metodología Enfoque
holista subjetiva y empática
|
fue un psicólogo estadounidense conocido como uno de los fundadores y principales
exponentes de la psicología humanista, una corriente psicológica que
postula la existencia de una tendencia humana básica hacia la salud
mental, la que se manifestaría como una serie de procesos de
búsqueda de auto actualización y autorrealización. Su posición se suele clasificar en psicología como
una «tercera fuerza», y se ubica teórica y técnicamente entre los paradigmas
del conductismo y el psicoanálisis.
Es la necesidad
psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías,
y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un
sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se
llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y
completados, o al menos, hasta cierto punto.
Rogers supone la relación entre el cliente y el
terapeuta como el elemento fundamental para que se desarrolle el sanamiento del
consultante. Mediante el uso de la escucha empática, la congruencia propia del
consuelo y la aceptación incondicional, se intenta promover un ambiente libre
de amenazas donde el cliente pueda expresarse libremente. Es a través de este
escenario donde este último podrá, en su tiempo, conocerse a sí mismo y así
disminuir su ansiedad y tratar aquellas situaciones que le acomplejan.
Entre los grandes personajes que aportaron mucho a la
psicología humanística nos encontramos a:
Abraham Maslow (Brooklyn, Nueva
York, 1
de abril de 1908-8
de junio de 1970 Palo
Alto, California)
Fue a la Escuela de Postgrado de la Universidad de
Wisconsin para estudiar psicología. En diciembre de 1928, antes de terminar sus
estudios, se casó con su prima mayor Bertha Goodman, y durante esa época
conoció a su principal mentor, el profesor Harry Harlow. Comenzó una línea
original de investigación, estudiando el comportamiento sexual y de dominación
de los primates. BA en 1930, obtuvo su maestría en 1931 y su doctorado en 1934,
todos en psicología y en la Universidad de Wisconsin. En ese año propuso la
teoría psicológica llamada hoy en día «Jerarquía de necesidades de Maslow», una
teoría sobre la motivación humana. Un año después de su graduación, volvió a
Nueva York para trabajar con Edward Thorndike en la Universidad de Columbia,
donde empezó a interesarse en la investigación de la sexualidad humana. Allí
encontró a otro mentor en Alfred Adler, uno de los primeros colegas de Sigmund
Freud.
Entre 1937 y 1951, Maslow estuvo en la facultad del
College de Brooklyn de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, donde asumió
un cargo académico de profesor y comenzó a dar clases a tiempo completo. En
Nueva York entró en contacto con muchos inmigrantes europeos que llegaban a
Estados Unidos, en especial a Brooklyn; personas como Alfred Adler, Erich
Fromm, Karen Horney, así como varios psicólogos de la Gestalt y freudianos.
Sus últimos trabajos lo definen además como pionero de
la psicología transpersonal.
El desarrollo teórico más conocido de Maslow es la pirámide de las necesidades,
modelo que plantea una jerarquía de las necesidades humanas, en la que la satisfacción de
las necesidades más básicas o subordinadas da lugar a la generación sucesiva de
necesidades más altas o superordinadas en resumen es una teoría psicológica propuesta en su obra Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A
Theory of Human Motivation) de 1943,
que posteriormente amplió, obtuvo una importante notoriedad, no sólo en el
campo de la psicología sino en el ámbito empresarial del marketing o la
publicidad.
En
obras como Motivación y personalidad (1954),Psicología del ser
(1962) y La Psicología de la ciencia(1966), Maslow postuló que cada
individuo tiene unas necesidades jerárquicas -fisiológicas, afectivas, de
autorrealización- que deben quedar satisfechas, y que el objetivo fundamental
de la psicoterapia debe ser la integración del ser. Cada nivel jerárquico
domina en cada momento de consecución y las necesidades inferiores en la
jerarquía (comida, refugio o afecto), en caso de no quedar suplidas, impiden
que el individuo exprese o desee necesidades de tipo superior.
La
teoría de la autorrealización de Maslow se sitúa dentro del holismo y la
psicología humanista y parte de la idea de que el hombre es un todo integrado y
organizado, sin partes diferenciadas. Cualquier motivo que afecta a un sistema
afecta a toda la persona.
Maslow
llevó a cabo una crítica a las teorías sobre la motivación de Freud y Hull.
Según Maslow, el modelo de Freud sólo describe los comportamientos neuróticos
de sujetos que no toleran las frustraciones, mientras que la teoría de Hull
trata exclusivamente de organismos movidos por una situación de déficit.
Maslow
propone una teoría del crecimiento y desarrollo partiendo del hombre sano, en
la cual el concepto clave para la motivación es el de necesidad. Describe una
jerarquía de necesidades humanas donde la más básica es la de crecimiento, que
gobierna y organiza a todas las demás. A partir de aquí existen cinco
jerarquías o niveles, desde la necesidad de supervivencia, que es relativamente
fuerte, de naturaleza fisiológica y necesaria para la homeostasis, hasta la
necesidad de crecimiento, relativamente débil y de naturaleza más psicológica.
La
jerarquía de necesidades humanas ordenadas según la fuerza (las fisiológicas
son las que tienen más fuerza o "dominancia" y las de
autorrealización tienen menos fuerza) es la siguiente: necesidades
fisiológicas, necesidades de protección, necesidad de amor y pertenencia,
necesidad de estima y, por último, necesidad de autorrealización.
La idea básica es: solo se atienden necesidades superiores cuando se
han satisfecho las necesidades inferiores, es decir, todos aspiramos a satisfacer
necesidades superiores. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento
ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las
necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de
Maslow dispondríamos de:
Necesidades básicas
Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis
(referentes a la supervivencia):
Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.
Necesidad de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales.
Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.
Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o
con vestimenta.
Necesidades de seguridad y protección
Surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se refieren
a sentirse seguro y protegido:
Seguridad física (asegurar la integridad del propio cuerpo) y de salud
(asegurar el buen funcionamiento del cuerpo).
Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, auto,
etc.)
Necesidad de vivienda (protección).
Necesidades sociales
Son las relacionadas con nuestra naturaleza social:
Función de relación (amistad).
Aceptación social.
Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que
incluyen actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por
naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de
agruparse en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre éstas
se encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Éstas se
forman a partir del esquema social.
Necesidades de estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra
baja.
La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e
incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros,
independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad
de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama,
gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el
complejo de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido
de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede
escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser
humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se
convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado
hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.
Autorrealización
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos
para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y
«autorrealización».
Tuvo gran interés por las personas humanamente excepcionales, lo que le
llevó a una visión del hombre que muestra lo que puede llegar a ser y lo que se
puede frustrar.
Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos
que estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson,
Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades una serie de
cualidades similares. Estimaba que eran personas:
Centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de
lo real y genuino.
Centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de
sus soluciones.
Con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
Con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación.
Independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en
experiencias y juicios propios.
Resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión
social; eran inconformistas.
Con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de
la condición humana.
Buena aceptación de sí mismos y de los demás, tal como eran, no
pretenciosos ni artificiales.
Frescura en la apreciación, creativa, inventiva y original.
Carl Ransom Rogers (8
de enero de 1902,
Oak Park, Illinois, Estados
Unidos - 4
de febrero de 1987, San Diego, California,
Estados Unidos)
En 1919 se inscribió en la Facultad de Agricultura, que abandonó par
a
emprender estudios de Teología.
Era un influyente psicólogo en la
historia estadounidense, quien junto a Abraham Maslow llegaría a fundar el enfoque humanista en psicología.
En 1922 se trasladó a China por algunos meses con un grupo de
estudiantes americanos para participar en una conferencia internacional
organizada por la Federación
Mundial de Estudiantes Cristianos. Esta estancia le permitió confrontar
la cultura occidental con la oriental y de este modo replantearse muchas
cuestiones en su vida. Nada más vuelto a los Estados Unidos, abandonó los
estudios teológicos y emprendió otros de carácter psicopedagógico. Después de
un año de estudios en el Institute for Child
Guidance de New York, pasó al
Child Study Department de Rochester.
Fue partícipe y gestor instrumental en el desarrollo de la terapia no
directiva, mejor conocida como terapia centrada en el cliente, la cual renombró
como terapia centrada en la persona.
Esta teoría es conocida por sus siglas en inglés PCA “Person-Centered Approach”
o enfoque centrado en la persona. Sus teorías abarcan no sólo las interacciones
entre el terapeuta y el cliente, sino que también se aplican a todas las
interrelaciones humanas. La terapia rogeriana contrasta con las perspectivas
psicológicas freudianas y las sociales de Alfred
Adler y deAlbert
Bandura, por el uso preferente de la empatía para lograr el proceso de comunicació entre el cliente y el terapeuta o, por extensión, entre un ser humano y
otro.
La
diferencia tangible reside en que la terapia centrada en el terapeuta se basa
en la capacidad de interpretación del profesional. Mientras que la terapia
centrada en la persona el marco de referencia deja de ser el conocimiento teórico
del terapeuta y se centra en como vive el cliente aquello que le está
sucediendo. Dicho en palabras de Rogers "Qué pasa con lo que le
pasa". También, deja de ser una terapia focalizada en resolver el
problema, y más bien se interesa en empatizar con el cliente en lo que está
viviendo. Se preocupa por cómo está viviendo la situación que le toca vivir.
En la teoría de la personalidad Rogers nos dice que Las proposiciones
que están al comienzo de la serie son las más alejadas de la experiencia del terapeuta
y, por lo tanto, las más sospechosas, mientras que las que aparecen hacia el
final se acercan cada vez más al centro de nuestra experiencia.
A. Características del niño
Percibe su experiencia como una realidad.
Posee una tendencia innata a actualizar las potencialidades de su
organismo.
Interactúa con su realidad en función de esa tendencia fundamental a la
actualización.
En su interacción con la realidad, el individuo se comporta como una
totalidad organizada (gestalt).
Se inicia un proceso de valoración organísmica, en el que el individuo
valora la experiencia al tomar como criterio de referencia la tendencia
actualizante.
B. El desarrollo del yo
Como consecuencia de la tendencia a la diferenciación
Como consecuencia de la interacción entre el organismo y el medio.
C. La necesidad de consideración positiva
A medida que se exterioriza la conciencia del yo, el individuo
desarrolla una necesidad de consideración positiva. La teoría no se interesa en
saber si se trata de una necesidad innata o adquirida. De acuerdo con Standal,
que formuló este concepto, es una necesidad adquirida:
La satisfacción de esa necesidad se logra necesariamente por medio de
las inferencias obtenidas a partir del campo experencial de otra persona.
La satisfacción de esa necesidad se relaciona con una gama muy amplia
de experiencias del individuo.
El proceso de satisfacción de la necesidad de consideración positiva es
recíproco, ya que cuando el individuo se da cuenta de que satisface esa
necesidad en otro, satisface, por eso mismo, su propia necesidad de
consideración positiva.
Los efectos de esa satisfacción son intensos en el sentido de que la
consideración positiva manifestada por cualquier persona se comunica, en aquel
que es objeto de ella, al conjunto de la consideración que éste experimenta
hacia esta persona.
Entre las obras que Carl ha escrito encontramos las siguientes: